Las eléctricas se resisten a concretar sus planes nucleares pese a presionar al Gobierno en público

Si se atiende a lo que declaran en público de forma reiterada los responsables de las grandes compañías eléctricas, propietarias de las cinco plantas nucleares que operan en España, no hay dudas: hay que tirar a la basura el calendario de cierre que ellas mismas pactaron en 2019 y se debe prolongar la vida de estas centrales más allá de lo acordado. Lo llevan diciendo desde hace meses las eléctricas y un buen número de organizaciones patronales y sindicales. Pero, ante el Ministerio para la Transición Ecológica (quien debe analizar y autorizar o denegar que las plantas operen), no ha habido ninguna concreción en los encuentros que ya se han producido, según señalan fuentes del departamento que dirige la vicepresidenta tercera, Sara Aagesen. Porque las dueñas siguen sin poner negro sobre blanco su propuesta sobre lo que quieren hacer con las nucleares, durante cuánto tiempo pretenden que operen y en qué condiciones. Ni siquiera para Almaraz, la más vieja de las plantas y la primera que está previsto que se apague.