La mina de Aznalcóllar reabre heridas sin cerrar tras la catástrofe ecológica

El recuerdo de la catástrofe ecológica de Aznalcóllar (Sevilla) a las puertas de Doñana está fresco y aún escuece, a pesar de los 26 años transcurridos. Por eso la próxima reapertura de la mina es espinosa y reabre heridas nunca cerradas del todo. En 1998 los ecologistas alertaron a las autoridades del riesgo meses antes de que la balsa de la mina se rompiera vertiendo seis millones de metros cúbicos de lodos al río Guadiamar, y su aviso ―y el de un ingeniero de la propia mina― cayó en saco roto. Tras sufrir el peor accidente ecológico español tras el Prestige, ahora los conservacionistas vuelven a advertir de los riesgos de seguridad ambiental y creen que la Junta (PP) comete una temeridad al ignorarles.