El calor transforma las ciudades: llega el momento de despavimentar

Durante décadas, las ciudades han domesticado la naturaleza a través de pavimento y asfalto, dejando un espacio reducido a árboles, plantas y biodiversidad. La emergencia climática obliga a replantear esta relación y apostar por las infraestructuras verdes urbanas: elementos naturales interconectados que ayudan a mitigar las temperaturas extremas. Para impulsarlos, los expertos apuestan por reverdecer las urbes siguiendo la regla del 3-30-300, sustituir pavimento y asfalto por suelos porosos que retengan agua, usar los solares vacíos para plantar árboles, impulsar los refugios climáticos y apostar por tejados verdes en los edificios públicos.